Cultura

Entretextos: poemas de Catalina Méndez

Catalina Méndez (Mar del Plata, 1998) es licenciada en Artes de la Escritura por la Universidad Nacional de las Artes, investigadora, correctora y editora. Escribe tanto narrativa como poesía.

Sal

De Sudestada (inédito, 2020)

Ya no queda nada dulce: es todo sal

y ya sabemos que la sal oxida

fagocita carcome reseca cicatriza

sana purifica absorbe al final cura

meterse al mar con las rodillas heridas de tanta arena

salir del mar con las manos llenas de caracoles

respirar salitre espuma el cielo arriba allá

ver al heladero pasar justo por delante de la sombrilla

y llamar: má mirá ¡mirá!

y que no te escuche porque estás lejos

así que la oportunidad se aleja y vos corrés

porque está la posibilidad de que te escuchen

má el heladero el bañero alguien alguien

y termines la tarde con el gusto dulce de los témpanos

entre los dientes.

Renacer

A veces creo que la única solución

(realmente la única en todo el Universo)

sería sacarme la piel a tirones

empezar por la espalda en la parte más gruesa

como se sacan las remeras los varones

jalar hacia arriba y hacia adelante

arrancarme entera la piel del pecho

toda de un tirón hasta las piernas

y en un movimiento quedar limpia limpia cubierta de sangre

dejar que de a poco me crezca una piel nueva

¿por qué no? una cara nueva también

renacer pero seguir siendo pero renacer

dejar atrás las cicatrices engañarnos

hacer de cuenta que el pasado no me persigue

por los siglos de los siglos amén.

Septiembre

Hoy salieron al sol los bichos bolita

más tarde salimos nosotros a secarnos el deshielo

en el jardín hay jazmines y en el cielo gorriones

entre los dedos de mis pies el pasto

y en mis manos las perlas las semillas otros mundos

confieso:

a esta altura del año es como si naciera de nuevo

septiembre es una caricia un recuerdo nítido

en septiembre nazco y en febrero muero

de marzo a agosto no existe nada no hay recuerdo

la vida la arena y el tiempo se me escurren pero

en las manos siempre me queda septiembre.

Hace mucho que lo sé: la vida es sólo en primavera.

Un pozo en la tierra

Siempre tengo un resto de ganas

de hacer un pozo en la tierra

como hacen los animales las madrigueras

cubrirme con hojas pasto lombrices

dormir hasta que no queden más días hasta que

las sombras largas crezcan y me tomen

de las manos las raíces la lluvia

me despierten del otro lado

cuando haya paz y salga el sol y sea todo

verdeazul y un salpicón de aves allá

y un montón de lombrices acá

me imagino que del otro lado debe haber

casas de barro y fuegos en los que reunirnos

montoncitos de tierra diseminados por los continentes

donde echarnos a dormir cuando el dolor vuelva.

Acá no pasó nada

El carpero retuerce y escarba en la arena

como si quisiera llegar al otro lado usa

uno de los sacacorchos que los gigantes

usaban para descorchar en las fiestas

nosotros los aprovechamos para hacer túneles

retorcer y escarbar en la arena

hasta llegar al otro lado y encontrar

un géiser de agua salada

el carpero extrae el sacacorchos de un tirón

emergen tirabuzones de caracoles

mete la sombrilla en el agujero vuelve a taparlo y acá

no pasó nada

no hay sacacorchos ni gigantes ni géiseres

sólo arena húmeda y los talones que la aplastan

hasta que acá no pasó nada.

Sueño con un árbol

Sueño con un árbol que trepa

desde las entrañas de la Tierra hasta mi ventana

tiñe la mañana de colores y la tarde

es una sombra a su sombra

las torcazas lo anidan y los gorriones pueblan

el césped en el que caen sus semillas

y crecen margaritas como nieve en primavera

creo que es un ciprés un álamo

incluso un jacarandá

en los últimos meses empecé a confundirme

el color del cielo y el color de las hojas

a veces todo es verde

a veces todo es azul

y cada vez con más frecuencia

todo es.

 

 

Anémona

De El jazmín (inédito, 2022)

Es el día después de Navidad y hay

una calma ansiosa en el aire

el olor del puerto aliviana los jazmines y

la bruma se desenreda como tentáculos de anémona

desde la costa hasta la puerta de casa

se filtra por las grietas que le fuimos haciendo

al hormigón a las paredes a la piel

y poco a poco sin que nadie se de cuenta

sin que nadie pueda o quiera o llegue a evitarlo

ya no hay aire es todo bruma espesa el olor

de la sal sobre las sábanas y el frío

el frío y el silencio que anteceden a la tormenta

como si dar aviso pudiera evitarla.

Echarse al sol

Agarro sal a puñados y me la paso

por la piel de las manos los codos las rodillas

la cara de arriba abajo en la boca

las partes del cuerpo que casi no

que apenas sobrevivieron al invierno

en mi familia dicen que en verano hay

que llenarse de sal y echarse al sol

como si en esta esquina del mundo nada

doliera lo suficiente todo

todo siempre en el límite de lo tolerable

como si el Sol todo lo pudiera

y nosotros

y nosotros.

Para lo mucho que hablo y escribo

Para lo mucho que hablo y escribo

sobre los jazmines debo admitir

que todos los años olvido su olor

el recuerdo es una cosa difusa y escurridiza

como el dolor cuando se va: una olvida

lo que es sentirse bien hasta que algo duele

y cuando regresa el bienestar una olvida

lo que es mal y lo que es el bien

así pasa con el olor de los jazmines: es

el recuerdo de un recuerdo en realidad

una promesa de bienestar: cuando hayan pasado

el invierno y la primavera

ahí

ahí estará el consuelo.

25 de febrero

Ahora sí: floreció

el último jazmín de la temporada

en el punto más alto de la planta

tan alto que casi está

en la casa de los vecinos se inclina

hacia adelante no obstante: hacia nosotros

de este lado está la casa

allá la casa de verano la casa vacía

y allá arriba alto

alto alto el último de la temporada

el jazmín que nadie va a cortar

ni poner en un florero chiquito

ni traer a casa.

27 de septiembre

De Mandarina (inédito, 2022)

Mientras como una mandarina me pregunto

si acaso será esta la última mandarina

que coma en mi vida. Podría ser

tan sencillo como no volver a hacerlo

no sentarme en la ventanilla en un avión

cruzar en diagonal Avenida Corrientes

pagar con cambio justo en la verdulería podría ser

tan sencillo como nunca más encontrarme

con una mandarina en el cajón de la heladera

y comerla de pie en la cocina.

Punta de flecha

Me preguntás qué

es eso que guardo entre las costillas

lo tocás con una mano que ha estado

por todo el mundo excepto acá

acá nada nunca eso

eso es lo que te contesto cuando tu mano

toca indaga en

esto que guardo entre las costillas

te digo que es apenas

una muestra de lo que tengo adentro

una punta de flecha

el vacío.

 

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